lunes, 14 de septiembre de 2009

Tales y la ciencia

¿De qué está compuesto el universo?
Esa pregunta, tan importante, se la planteó hacia el año 600 a.C. el pensador griego Tales, y dio una solución curiosa, elaborada y falsa:
“Todas las cosas son de agua”.
La idea, además de incorrecta, tampoco era original del todo. Pero aun así es uno de los enunciados más importantes de la historia de la ciencia, porque sin él no habría ni siquiera lo que hoy entendemos por “ciencia”. La importancia de la solución que dio Tales se nos hará clara si examinamos cómo llegó a ella. A nadie le sorprenderá saber que este hombre que dijo que todas las cosas eran agua vivía en un puerto marítimo. Mileto, que así se llamaba la ciudad donde vivía, situada en la costa oriental del mar Egeo, que hoy pertenece a Turquía. Mileto ya no existe, pero en el año 600 a.C. era la ciudad más próspera del mundo de habla griega.
Tales sabía que el mar Egeo se abría hacia el Sur en otro mar más grande, el que hoy conocemos como Mediterráneo, y pasaba por un angosto estrecho (el de Gibraltar, entre Epaña y Marruecos).
Más allá del estrecho había un océano (el Atlántico), y los griegos creían que esta masa de agua circundaba los continentes de la Tierra por todas partes. Creía que el continente la forma de un disco y estaba en medio de un mar infinito. Aparte los ríos, lagos y manantiales diseminados en todo el continente. El agua se secaba y desaparecía en el aire, para convertirse luego otra vez en agua y caer en forma de lluvia. Había agua arriba, abajo y por todas partes.


Al hilo de todos estos estímulos Tales llego a la conclusión que le parecía más lógica: “Todo es agua”.

La idea de Tales, del universo acuífero no era del todo suya, pues en Babilonia ya se creía que la tierra era un disco rodeado de agua dulce. Pero a diferencia de Tales, los babilonios, concebían el agua no como tal, si no como una colección de seres sobrenaturales. El agua dulce era el dios Apsu, el agua salada la diosa Tiamat, entre los dos engendraron muchos dioses, que entre pasiones y guerras crearon el mundo como lo conocemos (no muy diferente a las mitologías en las culturas del mundo antiguo).

Esa era la respuesta que daban los babilonias a la pregunta “¿De qué está compuesto el universo?”. La respuesta de Tales era distinta porque prescindía de dioses, diosas y grandes batallas entre seres sobrenaturales. Se limitó a decir: “Todas las cosas son agua”.
Fuente: Asimov, Isaac. Grandes ideas de la ciencia; Historia de la ciencia. Alianza Editorial. España 2009.

2 comentarios:

Christian O. Grimaldo dijo...

MEN!!! es jueves y hay una sola entrada!! me dejas con las ganas de leerte!

¡aplíquese bato!

Gina O. dijo...

Soy Piscis: soy de agua jajaja....a que caray con esas teorías, lo increíble es pensar en cuantas de las que existen actualmente serán obsoletas e irrisorias en unos años, con tu entrada me acorde de una serie muuuy graciosa llamada "The Big Bang Teory" y que se la pasan divagando en las teorías científicas.

Por cierto el otro día en una lectura de Psicología Clínica acerca de la comunicación humana, mencionaban el dilema de los presos que presentaste en la entrada de "juegos suma cero o no nula", y haber leído tu entrada me ayudó a entender mejor el ejemplo ya que no venía muy específico en el libro, ya que solo se centraban en la confianza que debería existir entre los prisioneros para tomar la decisión y lo equiparaban con las relaciones en la vida cotidiana...definían este ejemplo como:

"la representación abstracta más elegante de un problema que surge una y otra vez en la psicoterapia matrimonial".

Sé que a veces escribir toda la semana es complicado debido a todas las cosas que tenemos que hacer, pero los aportes incrementan nuestros conocimientos y nos sirven para futuras referencias....LO COMPRUEBO A CADA INSTANTE.

Fer espero tus aportaciones =D!

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