miércoles, 26 de mayo de 2010

En la guerra, el amor... y el facebook todo se vale


Mientras alguien se anima a subir algo les comparto un artículo que escribí para la Gaceta Universitaria de la Universidad de Guadalajara y que fue rechazado por que no tengo título de académico o de investigador, creo que el tema da de que hablar y me gustaría conocer algunas opiniones.


No sabía que tenía un facebook hasta que un día una página igual de desconsiderada e invasiva me aviso de que tenía uno. Cuando vi que mi nombre estaba ahí lo primero que sentí fue curiosidad, luego algo de miedo, al final recordé que lo había abierto por qué alguien que conocí había hecho una página para apoyar la iniciativa de poner una nueva línea del tren ligero en dicha página.

Puse el password que siempre uso para la basura en internet y los trámites engorrosos y entré en ese mundo que entonces todavía era algo inhóspito, no pensé que pronto su población superaría a la de varios países y que se expandiría con una tasa de natalidad tan alarmante; no quiero ni imaginarme cuán difícil sería para los parteros si tuvieran que traer al mundo a tanto escuincle virtual. El punto es que lo que inició como una simple página de redes sociales del montón, pronto se volvería para mí al igual que para muchos parte de la vida diaria.

¿Por qué es tan llamativo? Esta plataforma creada por Mark Zuckerberg ,un joven que cumplirá apenas los 25 años este 14 de Mayo (a quien por cierto nunca he buscado en facebook ¿me pregunto si se comerá lo que el prepara?) es exitosa precisamente porque fue un joven quien la creó ¿quién mejor para comprender las necesidades de los jóvenes que uno de ellos? Es atractivo por que conjuga en una página que carga pronto y que ahora cabe en el celular lo que muchas edades (sobre todo jóvenes) buscan: chat, videojuegos, chismes, invitaciones, oportunidad de expresión y sobre todo atención y publicidad.

Jesús Ibáñez en una de sus críticas a la sociedad de consumo dice lo siguiente:

Los anuncios, por ejemplo, no nos hablan de los productos: sólo nos muestran el grupo de consumidores, al comprar un producto de marca somos marcados como miembros del grupo de consumidores de marca.

En facebook no vemos el producto, únicamente los consumidores, o mejor dicho, las personas nos consumimos a nosotras mismas en un canibalismo virtual que nos permite seguir consumiendo algo de este mundo tan consumido. Quienes argumenten que no tiene costo deberían de preguntárselo a los cientos de empresas que prohíben el uso de dicha aplicación a causa del bajo rendimiento que sus trabajadores comenzaban a tener.

Cada día me encuentro con más gente que antes resistía al canto de la sirena de mil rostros, con el argumento: “es que de todos modos suben fotos mías, prefiero ver que suben por lo menos” o el mejor visto, “es que es una herramienta de trabajo”, pero ¿Qué no trabajábamos hace un tiempo sin eso? Y es que si de herramientas se trata en la actualidad todo se convierte en una herramienta de trabajo pero nadie se atreve a decir que es una herramienta de pertenencia grupal o de consumo innecesario.

¿Qué buscas tú en facebook y cuanto tiempo le dedicas? Hoy puedes observar personas en fiestas dedicando el tiempo a tomarse fotos y subirlas en tiempo real olvidando que en las fiestas se bailaba y se conversaba, puedes ver discusiones de pareja en los muros comunes de la página, difamaciones abiertas, desnudos, ventas, y seguramente la lista crecería con lo que ustedes hayan visto, pero lo que nunca vi fue el contrato que acepté cuando hice mi cuenta (mismo que no se te muestra al abrir tu cuenta a menos que tú lo busques) y créanme, da miedo lo que aceptamos; al igual que saber que la famosa pagina, según el diario de Sevilla, tiene una base de datos más grande que la de cualquier compañía y muchos gobiernos. Irónicamente muchos se quejaron por registrar su celular al RENAU pero publican en la famosa página incluso la hora en que se despiertan, sus preferencias sexuales, su color favorito y el color de sus calzones.

Los conflictos de identidad que esto acarrea pueden ser enormes y con certeza ya podremos observarlos entre nuestros conocidos, desde aquellos que no pueden dejar de subir imágenes para que vean que “es la onda” hasta aquellos que al más puro estilo de Blanca Nieves buscan en el espejito virtual la respuesta a quién es el/la más bonit@.

Usar facebook es como hacerse un tatuaje en una parte del cuerpo que no sabes, muchas de las cosas que haces ahí no podrán ser borradas o por lo menos no sabrás si alguien las guardó y jamás tendrás la certeza de que las elimine de su equipo, tal cual se evidencia en la declaración de derechos y responsabilidades en el primer punto cuando aclara que le concedes a facebook una licencia no exclusiva y transferible para utilizar cualquier contenido que publiques, dicha licencia termina si borras tu cuenta, pero si ese contenido lo tiene uno de tus amigos y no lo ha borrado se mantiene vigente.

Y para complementar, la política de privacidad al hablar de riesgos inherentes compartiendo información dice no poder garantizar que sólo personas autorizadas verán tú información y no poder asegurar que la información que compartes en facebook no se volverá públicamente disponible. No olvidemos también que se afirma que en el caso de ser de otro país (excepto Cuba o alguno de los países que EUA ha embargado, por que ellos no pueden usarlo) das el derecho de que toda tu información se envié y procese en los EUA y es que como el título lo dice, en la guerra, el amor y el facebook todo se vale.


La opinión de Jorge pinto sobre algunas de estás redes sociales

Mientras más nos conectemos a estos mundos, más nos desconectaremos del real. Jorge Luis Borges mencionaba en su cuento Tlön Uqbar, Orbis Tertius cómo un mundo ficticio creado en una enciclopedia termina apoderándose y desapareciendo paulatinamente el real... claro que por lo menos en Borges, se trataba de una enciclopedia, si en este caso hablásemos de Wikipedia la controversia sería otra.

Freddy Krueger vuelve al cine, pero ahora hay algo que mantiene a más gente despierta de la que él podía y su nombre curiosamente también comienza con F.

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