Les pido una disculpa por no haber asistido, pero algunos problemillas me lo impidieron y como no tengo crédito para el celular, no pude comunicar mi ausencia.
Bueno aqui les dejo los siguientes 3 Ilustres...
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MARIANO DE LA BÁRCENA
Nació el 10 de Abril de 1842 en Ameca Jalisco, lugar donde inició sus estudios años después. Fue aprendiz de talabartero y tras recibir nociones de música fue enviado a Guadalajara donde estudió piano, pintura y terminó la instrucción primaria. Los señores Cañedo observaron las notable aptitudes que tenía para la pintura y resolvieron enviarlo a la capital del país con el fin de encausarlo en el arte.
Estudió Geología y Botánica con Don Gabino Barreda y química con Don Leopoldo Río de la Loza en la Escuela Nacional Preparatoria, su inclinación decidida por la historia natural le conquistó merecida reputación de sabio naturalista.
En 1871 se le expidió diploma como componente de la Sociedad Mexicana de Historia Natural, en ese mismo año, recibió, previo examen, su título como Ingeniero Topógrafo Hidromensor, Geógrafo, Ensayador y Apartador de metales.
Descubrió y clasificó especies vegetales y dio nombre a dos especies fósiles. Se le debe el conocimiento de una variedad de Mercurio. Realizó exploraciones en el volcán El Ceboruco, de las cuales dejó varios testimonios.
La sociedad mexicana de Geografía y Estadística le expidió un diploma como socio honorario.En 1880, en Guadalajara, en la segunda exposición en las clases productoras de Jalisco, el jurado calificador le decretó “ Gran premio por su mapa geológico, primero en su especie, formado hasta hoy ”.
Tomó protesta el 2 de diciembre a la vez que se encargaba de la Secretaría de Gobierno, al morir el diputado electo, Don Luis Labastida. Por iniciativa del Sr. Bárcena, el General Corona hizo venir al Sr. D. Hipólito Chambón, para establecer en Jalisco la Industria Sericícola.
Murió el 10 de abril de 1899 no sin antes haber dictado su epitafio que escribió su amigo el abogado Luis Gutiérrez Otero y que dice así: “ Aquí reposan los restos del naturalista Mariano de la Bárcena. Dedicó su vida al estudio admirando la sabiduría de Dios ”.
Estudió Geología y Botánica con Don Gabino Barreda y química con Don Leopoldo Río de la Loza en la Escuela Nacional Preparatoria, su inclinación decidida por la historia natural le conquistó merecida reputación de sabio naturalista.
En 1871 se le expidió diploma como componente de la Sociedad Mexicana de Historia Natural, en ese mismo año, recibió, previo examen, su título como Ingeniero Topógrafo Hidromensor, Geógrafo, Ensayador y Apartador de metales.
Descubrió y clasificó especies vegetales y dio nombre a dos especies fósiles. Se le debe el conocimiento de una variedad de Mercurio. Realizó exploraciones en el volcán El Ceboruco, de las cuales dejó varios testimonios.
La sociedad mexicana de Geografía y Estadística le expidió un diploma como socio honorario.En 1880, en Guadalajara, en la segunda exposición en las clases productoras de Jalisco, el jurado calificador le decretó “ Gran premio por su mapa geológico, primero en su especie, formado hasta hoy ”.
Tomó protesta el 2 de diciembre a la vez que se encargaba de la Secretaría de Gobierno, al morir el diputado electo, Don Luis Labastida. Por iniciativa del Sr. Bárcena, el General Corona hizo venir al Sr. D. Hipólito Chambón, para establecer en Jalisco la Industria Sericícola.
Murió el 10 de abril de 1899 no sin antes haber dictado su epitafio que escribió su amigo el abogado Luis Gutiérrez Otero y que dice así: “ Aquí reposan los restos del naturalista Mariano de la Bárcena. Dedicó su vida al estudio admirando la sabiduría de Dios ”.
SEVERO DIAZ GALINDO
Considerado como una de las más prominentes figuras científicas del siglo XX en México, Severo Díaz Galindo nació el 8 de noviembre de 1876 en Sayula, Jalisco.
La inteligencia extraordinaria de Severo se vio manifestada desde la niñez. Recibió la instrucción primaria elemental y superior en la escuela municipal de su natal Sayula, a cargo de Sabino Jiménez Corona, maestro de dotes excepcionales. El general y gobernador de Jalisco, Ramón Corona, intervino para que Severo Díaz, de once años, fuera llevado a la capital del estado a estudiar una carrera científica, a lo que el padre del niño se opuso por considerar que a su corta edad sufriría lejos del calor de la familia.
A los dieciséis años, los padres del joven Severo, aceptaron que ingresara al Seminario Auxiliar de Zapotlán el Grande (Ciudad Guzmán), fue admitido en el segundo año, por sus conocimientos de latín. A los diecisiete años, era el encargado del observatorio del Seminario, que contaba con tecnología importada de París.
Considerado como el más avanzado de los meteorólogos del país en su tiempo, el padre Severo Díaz, tuvo el reconocimiento y prestigio internacional, por su trabajo y publicaciones.
Aunque la mayor parte de su trabajo científico fue sobre meteorología -desarrolló un modelo para explicar las lluvias en Guadalajara basado en las temperaturas del mes previo en el norte de Estados Unidos- también hizo contribuciones a la astronomía, fue nombrado en 1907 miembro honorario del Instituto Solar de Montevideo en Uruguay y su monografía “El centro del Universo”, según relata un biógrafo contemporáneo (Dávila, 1919), fue elogiada por los jesuitas del Observatorio Astronómico de Stonyhurst en Inglaterra.
En 1906 presentó en el Congreso Internacional de Geología sus Efemérides del volcán de Colima, trabajo elogiado especialmente por la delegación cubana. Otras de sus publicaciones son: El centro del universo, Cosmografía de la luna y un tratado de álgebra y complementos de aritmética, destinado a la enseñanza en secundarias y seminarios. Presidió en Guadalajara la Sociedad Mexicana de Geografía y Estadística desde 1923 hasta el día de su muerte.
Al mediodía del 14 de Septiembre de 1956, a los ochenta años de edad, víctima de una trombosis, Severo Díaz no llegó a sentir su muerte, ya que había perdido el conocimiento 2 o 3 días antes.
La inteligencia extraordinaria de Severo se vio manifestada desde la niñez. Recibió la instrucción primaria elemental y superior en la escuela municipal de su natal Sayula, a cargo de Sabino Jiménez Corona, maestro de dotes excepcionales. El general y gobernador de Jalisco, Ramón Corona, intervino para que Severo Díaz, de once años, fuera llevado a la capital del estado a estudiar una carrera científica, a lo que el padre del niño se opuso por considerar que a su corta edad sufriría lejos del calor de la familia.
A los dieciséis años, los padres del joven Severo, aceptaron que ingresara al Seminario Auxiliar de Zapotlán el Grande (Ciudad Guzmán), fue admitido en el segundo año, por sus conocimientos de latín. A los diecisiete años, era el encargado del observatorio del Seminario, que contaba con tecnología importada de París.
Considerado como el más avanzado de los meteorólogos del país en su tiempo, el padre Severo Díaz, tuvo el reconocimiento y prestigio internacional, por su trabajo y publicaciones.
Aunque la mayor parte de su trabajo científico fue sobre meteorología -desarrolló un modelo para explicar las lluvias en Guadalajara basado en las temperaturas del mes previo en el norte de Estados Unidos- también hizo contribuciones a la astronomía, fue nombrado en 1907 miembro honorario del Instituto Solar de Montevideo en Uruguay y su monografía “El centro del Universo”, según relata un biógrafo contemporáneo (Dávila, 1919), fue elogiada por los jesuitas del Observatorio Astronómico de Stonyhurst en Inglaterra.
En 1906 presentó en el Congreso Internacional de Geología sus Efemérides del volcán de Colima, trabajo elogiado especialmente por la delegación cubana. Otras de sus publicaciones son: El centro del universo, Cosmografía de la luna y un tratado de álgebra y complementos de aritmética, destinado a la enseñanza en secundarias y seminarios. Presidió en Guadalajara la Sociedad Mexicana de Geografía y Estadística desde 1923 hasta el día de su muerte.
Al mediodía del 14 de Septiembre de 1956, a los ochenta años de edad, víctima de una trombosis, Severo Díaz no llegó a sentir su muerte, ya que había perdido el conocimiento 2 o 3 días antes.
ENRIQUE DIAZ DE LEÓN
Nació el 8 de septiembre de 1893, fue destacado intelectual y político, fundador y primer rector de la Universidad de Guadalajara, presidente del Consejo Nacional de la Educación Superior y de la Investigación Científica.
En el año de 1907, el padre de Enrique decidió matricular a su hijo en el Liceo de Varones, ubicado donde hoy se encuentra el Museo del Estado, y allí fue donde el criterio de Enrique se formó, pues tuvo contacto con maestros y alumnos de ideas liberales que coincidían con sus ideas modernas e innovadoras. En este plantel conoció a muchos jóvenes inquietos como él, con ellos formó un grupo llamado "Los Bohemios", y con quienes publicó un periódico llamado El Liberal.
Estando Enrique en el Liceo, entró a formar parte del grupo revista. En 1909 ya era una pequeña celebridad entre sus compañeros donde se manifestaba como enemigo acérrimo del régimen de Porfirio Díaz.
En 1910 fue aprehendido antes de que estallara la revolución, junto con un grupo de diez o doce jóvenes. Pero debido a las protestas de los demás estudiantes y a la presión de éstos sobre el gobernador, fueron liberados después de cuatro o cinco días.
A finales de noviembre de 1922 el voto popular del cuarto distrito, el de Tlaquepaque, lo convertía en su representante ante el Congreso del Estado.
El 7 de septiembre de 1923 el Congreso del Estado decreta la creación de la Universidad de Guadalajara. Así pues se crea la Ley Orgánica de la Universidad de Guadalajara, que después sería reformada y vuelta a reformar, según el turno del gobernador y del rector que fuera puesto por él.
El 12 de octubre de 1925 nace la nueva Universidad. Poco tiempo dura en el cargo de rector Enrique, pues por causas de origen político se enemista con el gobernador Zuno y renuncia.
El 8 de septiembre de 1931 regresó a Guadalajara dispuesto a poner en práctica sus reformas a la Universidad.
Este discurso de Díaz de León hizo que se alarmaran todos los del grupo de "derechas", todo esto vino a agitar todavía más al grupo enemigo que creyeron que se trataba de hacer de la Universidad una dependencia de Rusia y empezaron a surgir insultos y calumnias en los periódicos, que no pudo soportar Enrique y renunció a su cargo de rector.
Fue llamado a México por el general Lázaro Cárdenas, presidente de la República en ese tiempo, para hacerse cargo en 1935, del Consejo Nacional de la Educación Nacional y de la Investigación Científica.
El día 14 de diciembre de 1937 comenzó a estar enfermo en México; sus familiares se trasladaron a su lado y el día 28 del mencionado mes, a las tres horas de la madrugada murió a consecuencia de fuerte afección hepática.
El día 29, a las 9:15 de la mañana, fue traído a Guadalajara en un tren especial proporcionado por el general Cárdenas, y después de hacerle guardias de honor en la Universidad, fue trasladado, a la Rotonda de los Hombres Ilustres.
En el año de 1907, el padre de Enrique decidió matricular a su hijo en el Liceo de Varones, ubicado donde hoy se encuentra el Museo del Estado, y allí fue donde el criterio de Enrique se formó, pues tuvo contacto con maestros y alumnos de ideas liberales que coincidían con sus ideas modernas e innovadoras. En este plantel conoció a muchos jóvenes inquietos como él, con ellos formó un grupo llamado "Los Bohemios", y con quienes publicó un periódico llamado El Liberal.
Estando Enrique en el Liceo, entró a formar parte del grupo revista. En 1909 ya era una pequeña celebridad entre sus compañeros donde se manifestaba como enemigo acérrimo del régimen de Porfirio Díaz.
En 1910 fue aprehendido antes de que estallara la revolución, junto con un grupo de diez o doce jóvenes. Pero debido a las protestas de los demás estudiantes y a la presión de éstos sobre el gobernador, fueron liberados después de cuatro o cinco días.
A finales de noviembre de 1922 el voto popular del cuarto distrito, el de Tlaquepaque, lo convertía en su representante ante el Congreso del Estado.
El 7 de septiembre de 1923 el Congreso del Estado decreta la creación de la Universidad de Guadalajara. Así pues se crea la Ley Orgánica de la Universidad de Guadalajara, que después sería reformada y vuelta a reformar, según el turno del gobernador y del rector que fuera puesto por él.
El 12 de octubre de 1925 nace la nueva Universidad. Poco tiempo dura en el cargo de rector Enrique, pues por causas de origen político se enemista con el gobernador Zuno y renuncia.
El 8 de septiembre de 1931 regresó a Guadalajara dispuesto a poner en práctica sus reformas a la Universidad.
"La Universidad debe ser de izquierda para estar de acuerdo con la época en que vivimos y debe instituir el sistema socialista".
Este discurso de Díaz de León hizo que se alarmaran todos los del grupo de "derechas", todo esto vino a agitar todavía más al grupo enemigo que creyeron que se trataba de hacer de la Universidad una dependencia de Rusia y empezaron a surgir insultos y calumnias en los periódicos, que no pudo soportar Enrique y renunció a su cargo de rector.
Fue llamado a México por el general Lázaro Cárdenas, presidente de la República en ese tiempo, para hacerse cargo en 1935, del Consejo Nacional de la Educación Nacional y de la Investigación Científica.
El día 14 de diciembre de 1937 comenzó a estar enfermo en México; sus familiares se trasladaron a su lado y el día 28 del mencionado mes, a las tres horas de la madrugada murió a consecuencia de fuerte afección hepática.
El día 29, a las 9:15 de la mañana, fue traído a Guadalajara en un tren especial proporcionado por el general Cárdenas, y después de hacerle guardias de honor en la Universidad, fue trasladado, a la Rotonda de los Hombres Ilustres.
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2 comentarios:
Enrique Diaz de León era rojillo!! nunca lo hubiera imaginado º.º
Concuerdo, es más, pensaba que por el nombre era un señor de la alta alcurnia un viejillo riquillo de la Revolución.
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