A mi Madre Tierra Latinoamérica Unida.
... Por privilegio de su impunidad, el poder se da el lujo de vivir en estado de perpetua distracción: se olvida de todo, se equivoca, no sabe lo que dice, ni se da cuenta de lo que hace. Las costumbres del poder se llaman errores o descuidos; pero el sur del mundo paga, con sus muertos por hambre o bala, el precio de las distracciones del norte... (E. Galeano, 1998).
... Por privilegio de su impunidad, el poder se da el lujo de vivir en estado de perpetua distracción: se olvida de todo, se equivoca, no sabe lo que dice, ni se da cuenta de lo que hace. Las costumbres del poder se llaman errores o descuidos; pero el sur del mundo paga, con sus muertos por hambre o bala, el precio de las distracciones del norte... (E. Galeano, ...).
Un saludo a todos y gracias de nuevo por el espacio que se me otyroga en esta semana del conocimiento. Con estas dos frases de Eduardo Galeano los introduzco a ustedes al tema del que tratará esta semana y mismo que le da nombre: Mi Madre Tierra Latinoamérica.
No quisiera ahondar tanto en la justificación del por qué elegí este tema y le dí ese nombre; mas que tratar de descifrar su significado, entraré de lleno a las temáticas que de ahí se desprenden esperando que cada uno de ustedes pueda otorgarselo, darle un siginificado propio y único como lo es toda realidad percibida y construida. Pues aún siendo hijos de la misma tierra, no todos caminamos de la misma forma sobre ella.
Así, empezaré entonces con una biografía de un personje y autor ícono de latinoamérica, sobre todo de la izquierda latinoamericana, y que ha tenido el atrevimiento de descubrir y revelar la historia de Latinoamérica y, entre ello, su idientidad que se ha sostenido a partir de 500 años de conquista a la fecha: Eduardo Galeano.
Eduardo Germán Hughes Galeano, nace en Montevideo el 3 de septiembre de 1940. En él conviven el periodismo, el ensayo y la narrativa, siendo ante todo un cronista de su tiempo, certero y valiente, que ha retratado con agudeza la sociedad contemporánea, penetrando en sus lacras y en sus fantasmas cotidianos. Lo periodístico vertebra su obra de manera prioritaria. De tal modo que no es posible escindir su labor literaria de su faceta como periodista comprometido.
A los 14 años entró en el mundo del periodismo, publicando dibujos que firmaba "Gius", por la dificultosa pronunciación castellana de su primer apellido. Algún tiempo después empezó a publicar artículos. Se firmó Galeano y así se le conoce. Ha hecho de todo: fue mensajero y dibujante, peón en una fábrica de insecticidas, cobrador, taquígrafo, cajero de banco, diagramador, editor y peregrino por los caminos de América.
En sus inicios fue redactor jefe de la prestigiosa revista Marcha (1960-64), publicación que durante décadas dio cobijo a las voces más interesantes de las letras uruguayas y que terminó siendo silenciada en 1974 por la dictadura. En el año 1964 Galeano es director del diario Época. En 1973 Galeano tuvo que exiliarse a Argentina en donde funda y dirige una revista literaria titulada Crisis, en la que también destaca la labor del poeta Juan Gelman. En 1975 se instala en España, encontrando un país que estaba a punto de dar un salto histórico cualitativo, con el octogenario dictador como sombra de sí mismo. Reside en Calella, al norte de Barcelona. Publica en revistas españolas y colabora con una radio alemana y un canal de televisión mexicano.
Sus primeros escritos son reportajes de corte político en los que la realidad aparece continuamente golpeada por las circunstancias. Tanto el reportaje titulado "China" (1964) como "Crónica de un desafío", del mismo año, o "Guatemala, un país ocupado" (1967) reflejan una escritura de urgencia, de denuncia, que retrata la cotidianeidad de unos tiempos difíciles con una escritura situada siempre en primera línea de los hechos que vertebran el presente. Con "Las venas abiertas de América latina" (1971), explicativo título, logró su obra más popular y citada, condenando la opresión de un continente a través de páginas brutalmente esclarecedoras que se sumergen en la amargura creciente y endémica de América Latina. Esta obra ha sido traducida a dieciocho idiomas y mereció encendidos elogios desde diversos sectores. El escritor alemán Heinrich Böll, Premio Nobel de Literatura en 1972 y autor de "Opiniones de un payaso", obra clave de la literatura contemporánea, llegó a decir a propósito de la obra de Galeano que pocas obras en los últimos tiempos le habían conmovido tanto.
Junto al Galeano periodista empieza a aparecer el Galeano narrador que prolonga en sus obras su visión de América Latina. De la novela corta "Los días siguientes" (1963) a los relatos contenidos en "Vagamundo" (1973) pasan diez años pero se mantiene una misma percepción de las cosas, continuada en "La canción de nosotros" que merecío el premio Casa de las Américas de 1975. En Galeano el contexto político y social no puede eludirse y es el marco central en el que transitan sus historias. "Días y noches de amor y de guerra" (1978) se enmarca en los difíciles días de la dictadura en Argentina y Uruguay.
Con la "Memoria del fuego" hay una recuperación del pasado indigenista. Esta obra narra la odisea de las dos Américas, centrándose en los hechos más cotidianos, componiendo una trilogía febril e incisiva, apoyada en la rigurosidad de las fuentes y en la que se entrecruzan crónicas históricas con pinceladas del presente, siempre en busca de un futuro más justo. De aquella trilogía histórica formaban parte "Los nacimientos" (1982), "Las caras y las máscaras" (1984) y "El siglo del viento" (1986). En los tres libros hay un mismo objetivo y como dice el periodista italiano Gianni Miná, una voz incisiva y militante que trata de impedir que se olvide la tragedia que asola a quienes viven en el más completo subdesarrollo.
"La memoria del fuego" está estructurada en torno a pequeñas vivencias cotidianas que es en donde encuentra Galeano la verdadera grandeza del ser humano. La intrahistoria es el universo en el que caminan las obras del escritor uruguayo, al margen de grandes gestas y de sucesos grandilocuentes, que se apartan del hombre de a pie y del verdadero devenir de los acontecimientos históricos. Son, en palabras de Galeano, historias pequeñas, pero no minimalistas.
Un año antes de la publicación de "El siglo del viento" y una vez terminada la dictadura uruguaya regresa a Montevideo. Tres años después firma "El libro de los abrazos", de contenido más sutil y poético. El propio Galeano definiría de este modo la raíz de esta obra: "Creo que un autor al escribir abraza a los demás. Y éste es un libro sobre los vínculos con los demás, los nexos que la memoria ha conservado, vínculos de amor, solidaridad. Historias verdaderas vividas por mí y por mis amigos, y como mi memoria está llena de tantas personas, es al mismo tiempo un libro de "muchos"... Es un equívoco que ha fragmentado los lazos de solidaridad, que ha condenado a este mundo de finales de siglo a tener hambre de abrazos, a padecer de soledad, el peor tipo de soledad: la soledad en compañía. Es el mismo proceso que se manifiesta con la pobreza".Precisamente en "El libro de los abrazos", uno de los libros más exitosos y logrados de Galeano, está contenido un pequeño relato titulado "La noche".
El mismo año de "El libro de los abrazos" aparece "Nosotros decimos no". En 1992 publica "Ser como ellos y otros artículos" y un año después "Las palabras andantes", recopilación de cuentos y reflexiones ilustrados por el artista brasileño José Francisco Borges. El propósito de Galeano en los 90 sigue siendo el mismo que le había impulsado en las otras décadas. Palpar la realidad para mostrarla en un libro. Como respiro, muestra su pasión por el fútbol y lo reivindica desde la literatura, al modo que también hará Javier Marías, en un libro titulado "El fútbol a sol y sombra".
En 1998 Galeano ofrece en "Patas arriba. La escuela del mundo al revés", otro de esos libros de denuncia que no edulcoran el presente ni rehuyen de sus sombras. Es por tanto Galeano un ejemplo de coherencia en una obra que sirve siempre de guía a la hora de definir un continente como el de América Latina que debe seguir cerrando heridas. La voz de Galeano suena clara en el marasmo de intereses e injusticias cotidianas. Más allá de una obra literariamente sólida, está la figura del cronista que persigue injusticias, que conjura temores, que rescata del abismo personajes e historias postergadas.
La obra de Eduardo Galeano nos convoca a mirar qué pasado hemos levantado y qué futuro estamos dejando para nuestros descendientes. Establece un frente común contra la pobreza, la miseria moral y material, la hipocresía de un mundo que sigue abriendo cada vez más distancias entre los que tienen y los que no tienen. Lo demagógico puede ser un riesgo inevitable en este tipo de propuestas, pero Galeano la salva con un estilo conciso, brillante y, sobre todas las cosas, necesario. En Eduardo Galeano hay un compromiso constante con el ser humano y sobre todo una fidelidad a unas ideas que condenan el neoliberalismo y que siguen apostando por un socialismo real, no de andar por casa, y que de alguna forma recupere el pulso perdido, lejos del presente en el que el hombre es visto como una mercancía y en el que parece que no hay lugar para las utopías.
Eduardo Galeano reside desde 1985, -tras finalizar la dictadura uruguaya-, en su Montevideo natal donde sigue haciendo su literatura y su periodismo de marcado tinte político. En la actualidad dirige su editorial llamada "El Chanchito". Su narrativa está acosada por la realidad inmediata de América Latina, transformándose sus obras, traducidas a más de veinte idiomas, en un archivo histórico-cultural de todo el continente.
Hay mucho más que se puede decir de Eduardo Galeano, sin embargo la mejor manera de conocer su intereés por un socialismo y una Latinoamérica Libre es consultando las letras de su propia mano. Galeano pareciera ser un hombre brillante entre los que brillan y oculto para los que no quieren ver y en realidad poca gente conozco que ha leído o conocido algunas de sus hobras o su trayectoria.
De hecho, retomando la semana de Christian en la que se habló del movimiento zapatista, se mostraba un documental en el cual Eduardo Galeano daba su opinión en cuanto a este movimiento. Es importante señalar en este sentido que Galenano y el Comandante Marcos mantuvieron (desconozco si aún es así) comunicación por medio de cartas que Marcos le enviaba; además de haber escrito una líneas sobre ello, como las siguientes:
"En Chiapas, los enmascarados desenmascaran al poder. Y no solamente al poder local, que está en manos de los devastadores de bosques y los exprimidores de gentes. La rebelión zapatista viene desnudando también, desde hace un año y medio, al poder que reina sobre todo México, un poder cuyas peores costumbres enseñan que las urnas y las mujeres están para ser violadas y que hacer política consiste en robar hasta las herraduras de los caballos en pleno galope". (La Jornada, 7 de junio de 1995).
Para ahondar un poco más en la vida y obra de Eduardo Galeano les dejo los siguientes links; el primero es una página dedicada especialmente a él, la segunda es un espacio que le ha designado la editorial siglo XIX, y en las demas podrán encontrar más información sobre su biografía, sus libros, ensayos, artículos y demás.
Por otro lado y para poder tener un acercamiento relativamente más directo de las palabras y las opiniones de Eduardo Galeano con respecto a las conciones en las que subsiste América Latina y el mundo en general, les dejo el siguiente documental donde Galeano comparte opiniones con el escritor alemán de la izquierda européa Jean Ziegler, editado en el 2007. El documental se llama "El Nuevo Orden Criminal del Mundo".
1 comentarios:
Fer! tu semana me va a gustar mucho, pinta para ser mi favorita :)
Respecto a Galeano... no he leído nada de él, escuche por primera vez su voz en el documental del zapatismo y cuando escuchó la frase final acerca de la utopía se me enchina la piel.
Espero poder leer algo de él pronto, me llama mucho la atención. Además resulta que también era amigo de Mario Benedetti, Uruguayos con compromiso social muy marcado.
"Un poder cuyas peores costumbres enseñan que las urnas y las mujeres están para ser violadas"
Me quedo con esa por ahora, muy buena.
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