Pensando en que personaje les iba a presentar, pues no soy muy aficionado a admirar poetas, escultores, arquitectos, escritores y un largo etcétera, puse en el buscador de la “siempre” “”confiable”” Wikipedia mi fecha de cumpleaños y cuando bajaba por el desplegado de resultados, me tope con éste psicólogo, que ni sabía que había nacido el mismo día que yo, pero que si tenia una noción de su trabajo; Paul Watzlawick.(* 25 de julio de 1921 en Villach, Austria; † 31 de marzo de 2007 en Palo Alto, California) Nacido en Villach, Austria, en 1921. Tras estudiar filosofía y lenguas modernas en la Universidad de Venecia y, posteriormente, hizo prácticas de psicoterapia en el Carl Jung-Institut de Zurich, Suiza. Entre 1957 y 1960 ejerció como docente en la Universidad de San Salvador, antes de integrarse en el Mental Reserach Institute de Palo Alto, California, donde permanecerá hasta el final de su carrera académica, que incluye la docencia en la universidad de Stanford. Trabaja cerca de Bateson y Don Jackson. Con Jackson y Beavin publicó en 1969 Human communication, en el que se sientan las bases de su construccionismo sistémico que girará en torno a la comunicación y la percepción de la realidad. Es doctor ‘honoris causa’ por las Universidades de Lieja, Burdeos y Buenos Aires. Falleció en Palo Alto (California) el 31 de marzo de 2007.
Entre los libros traducidos a la lengua española:
Teoría de la comunicación humana (con Janet Beavin y Don Jackson), Herder, Barcelona, 1981; Cambio (con John Weakland y Richard Fisch), Herder, Barcelona, 1976; ¿Es real la realidad? Confusión, desinformación, comunicación, Herder, Barcelona, 1979; El Lenguaje del cambio, Herder, Barcelona, 1980; La realidad inventada. ¿Cómo sabemos lo que queremos saber? (comp.), Gedisa, Buenos Aires, 1988; La construcción del universo. Conceptos introductorios y reflexiones sobre epistemología, constructivismo y pensamiento sistémico (con Marcelo R. Ceberio), Herder, Barcelona, 1998.
Según Watzlawick, existen cinco axiomas en su teoría de la comunicación humana. Si uno de estos, por alguna razón, no funciona, la comunicación puede fracasar.
- Es imposible no comunicarse: Todo comportamiento es una forma de comunicación. Como no existe forma contraria al comportamiento ("no-comportamiento" o "anti-comportamiento"), tampoco existe "no-comunicación".
- Toda comunicación tiene un nivel de contenido y un nivel de relación, de tal manera que el último clasifica al primero, y es, por tanto, una metacomunicación: Esto significa que toda comunicación tiene, además del significado de las palabras, más información sobre cómo el que habla quiere ser entendido y que le entiendan, así como, cómo la persona receptora va a entender el mensaje; y cómo el primero ve su relación con el receptor de la información. Por ejemplo, el comunicador dice: "Cuidate mucho". El nivel de contenido en este caso podría ser evitar que pase algo malo y el nivel de relación sería de amistad-paternalista.
- La naturaleza de una relación depende de la gradación que los participantes hagan de las secuencias comunicacionales entre ellos: tanto el emisor como el receptor de la comunicación estructuran el flujo de la comunicación de diferente forma y, así, interpretan su propio comportamiento como mera reacción ante el del otro. Cada uno cree que la conducta del otro es “la” causa de su propia conducta, cuando lo cierto es que la comunicación humana no puede reducirse a un sencillo juego de causa-efecto, sino que es un proceso cíclico, en el que cada parte contribuye a la continuidad (o ampliación, o modulación) del intercambio. Un ejemplo es el conflicto entre Israel y Palestina, donde cada parte actúa aseverando que no hace más que defenderse ante los ataques de la otra.
- La comunicación humana implica dos modalidades: la digital y la analógica: La comunicación no implica simplemente las palabras habladas (comunicación digital: lo que se dice); también es importante la comunicación no verbal (o comunicación analógica: cómo se dice).
- Los intercambios comunicacionales pueden ser tanto simétricos como complementarios: dependiendo de si la relación de las personas comunicantes está basada en intercambios igualitarios, es decir, tienden a igualar su conducta recíproca (ej. el grupo A critica fuertemente al grupo B, el grupo B critica fuertemente al grupo A); o si está basada en intercambios aditivos, es decir, donde uno y otro se complementan, produciendo un acoplamiento recíproco de la relación (ej. A se comporta de manera dominante, B se atiene a este comportamiento).
Lejos, pues, de las teorías funcionalistas, donde el protagonismo está en el emisor y el receptor parece tener un carácter pasivo y uniforme. Comunicar es, para Watzlawick, un proceso de interacción, de formación del conocimiento.
En Watzlawick encontramos una constante en el análisis para la comprensión de la realidad. Aparece también aquí una visión dicotómica, ya que distingue entre realidades de primer rango, descritas por la objetividad de su estado físico, y de segundo orden, en las que interviene la subjetividad compleja del significado que les atribuimos. No hay, pues, una ‘realidad real’, sino representaciones de la realidad, donde también intervienen los imaginarios ‘patológicos’, las visiones supuestamente distorsionadas. En este sentido, la salud y la enfermedad mentales no son tasaciones de una interpretación cierta e inmutable, sino que están relacionadas con referencias y códigos sociales y culturales.
Personaje sumamente interesante para la Psicología en general y que del que tenía poca referencia, la cual era algo vaga. De igual forma me pareció interesa buscar que ocurrió el día en el que naciste, quizas algun día, alguno de nosotros forme parte de esa lista de sucesos interesantes para el mundo... aunque eso no se necesita pues el día que nacimos es especial por el inicio de nuestra existencia.
1 comentarios:
excelente aportación, me gustó mucho y la casualidad es de miedo jajaja
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